"Madroñito" Extraordinario Toro de Adolfo Martín indultado en Santander
Siempre hemos dicho, por activa y
por pasiva, que cuando acudíamos a un festejo Taurino, por encima de otras
cosas, se va en busca de Emoción, esa Emoción que te pone los vellos de punta,
que te hace ver al Toro como un animal único e indómito, que te hace percibir a los
Toreros como superhombres y que te hace sentirte orgulloso de ser Aficionado,
pues bien en Santander encontramos esa emoción proporcionada por el Toro y, por
momentos, por el toreo caro.
Extraordinaria Corrida de Adolfo Martín, donde primó la bravura,
la clase y la fijeza. Bien presentada, con algún ejemplar que, además de las
virtudes anteriores, resultó exigente y muy encastado.
En cuanto a los de luces no
podemos hablar del mismo resultado que de los astados. Vimos toreo bueno y caro
del Cid por momentos y poco más,
voluntad de Talavante con poco
acople y destoreo absoluto y descarado de Perera.
Todavía no alcanzo a entender el porqué de las figuras a anunciarse con
hierros con comportamiento que se sale de la tónica imperante del Parladé creado
al uso del toreo actual. Cuando un Toro repone, necesita muleta adelantada, que
lo esperen mucho y que le lleven hasta el final, o sea que le hagan las cosas
bien hechas y con sentido, la figura de turno, acostumbrada a su animal de
todos los días, anda a la deriva y sin saber qué hacer, en Santander se pudo
comprobar…
El primero de la Tarde
correspondió a Manuel Jesús “El Cid”
, de nombre “Madroñito” fue un
derroche de bravura. Se comió de salida
los capotes, humillando mucho, recibió dos puyazos en la yema, bien por el picador,
empujó en el primero metiendo los riñones y se dejó pegar en el segundo. En la
muleta llegó el vendaval de bravura y humillación, toro con una fijeza extrema
y que hacia surcos con el hocico en el albero, con un viaje larguísimo. En
banderillas embistió mejor por el lado derecho, pero en la muleta fue extraordinario
por ambos pitones. El Cid, que no acabó de cuajarlo por el lado derecho, le recetó
3 tandas de naturales sublimes, de las del mejor Cid, ese que encandiló Las Ventas hace
unos años. Toro de vacas y toreo caro con la mano izquierda del Cid. El Toro
fue merecedor del indulto, a mi juicio. Es
difícil ver un Toro con esa codicia, ese celo, esa humillación, esa clase, esa
transmisión, en definitiva, esa bravura, porque la bravura también se demuestra
respondiendo y yendo a más cuando a un Toro se le baja la mano, se le somete y
se le obliga hasta el final. Por todo esto el Toro fue merecedor del premio del
indulto, será difícil encontrarse de nuevo con un Toro de esa condición.
"Madroñito" debajo del peto
El Cid sublime con la zurda
Haciendo surcos en el albero
El indultado volviendo a corrales
Si cuando a un Toro le falta
transmisión el torero no es capaz de poner la esencia que le falta al guiso, el
resultado final es un guiso soso eso fue que lo que ocurrió en el segundo. Toro
noble y con poca transmisión, ante un Miguel
Ángel Perera inoperante, sin ganas y despegado.
El segundo
Perera en su estilo
En tercer lugar se sorteó otro Toro
con clase y de largo viaje. Alejandro
Talavante nunca acabó de acoplarse con el de Adolfo, quiso torear y
colocarse bien pero, quizá por cortar el viaje y las embestidas del Toro, después
del primer muletazo de cada serie quedaba descolocado y tenía que perder pasos
para volver a colocarse, esto emborronó y deslució una faena que fue más voluntariosa
que efectiva.
El tercero
Talavante no se acopló
El cuarto Adolfo fue otro de los
platos fuertes de la tarde. Gran Toro de encastadísima condición y bravo en el
caballo. Empujó, metiendo riñones, con mucha transmisión en el primer puyazo,
cuando todo el mundo creía que el Cid colocaba el Toro para verlo en un segundo
encuentro con el picador, pidió el cambio de tercio y nos privó de ver al Toro
por segunda vez en el peto. En la muleta fue un Toro de encastada y codiciosa embestida,
con la que nunca se confió el de Salteras. Si en su primero vimos la mejor
versión del Cid, en este cuarto volvimos a la triste realidad y vimos al Cid
desconfiado y sin ideas. Gran Toro sin duda este “Cocinero”, que mereció mucho más.
"Cocinero", gran Toro de Adolfo
"Cocinero" en el caballo
Encastada embestida
El quinto de la tarde fue otro
Toro interesantísimo por bravo, noble y claro. Si a una Torero en una feria
importante, figura o no, le sale un Toro clarísimo por ambos pitones,
humillando y con un viaje largo y no es capaz de cortarle las orejas, es para hacérselo
mirar. Ni con el “palmerismo” imperante
a favor fue capaz Perera de, ni tan siquiera,
arrancar una oreja a “Chaparrito”. Su
retorcimiento era tal en la cara del Toro que por momento nos hizo temer por si
iba a ser capaz de mantener la verticalidad y no derrumbarse al suelo. Como contorsionista un sobresaliente, como Torero
un muy deficiente con un destoreo total, haciendo todo al revés. Petardo absoluto de
Perera que evidenció una vez más que se pasa por el arco del triunfo los cánones
más elementales del toreo.
"Chaparrito", Toro de Triunfo desaprovechado por Perera
El "contorsionismo" de Perera
Por ultimo saltó al albero un
Toro soso, descastado, de hechuras más feas que sus hermanos y con el que nada
pudo hacer Talavante. Un garbanzo negro que cerró un corridón de Toros de
Adolfo, de las más completas que haya podido presenciar del hierro de la V.
El soso sexto
Buenas tardes. Se que las comparaciones son odiosas, y esta corrida no la vi. Le pregutno a usted. ¿¿ Le parecio mas digno este indulto que al toro de Victorino en Sevilla ??
ResponderEliminarUn saludo.
Kaparra
Pues he de decir que los dos me parecieron dignos. "Cobradiezmos" quizá fue un Toro con mas calidad y viaje más largo, pero "Madroñito" tuvo más Casta, con una embestida más exigente y rebosándose más. En definitiva, dos Toros bravos, encastados y con buenas hechuras; qué más se puede pedir para echarlos a las vacas??
ResponderEliminar