En Francia se intenta picar bien
Debutamos en la plaza de Toros de
Bayona y, antes de nada he de decir,
que fue una experiencia sumamente reconfortante. Siempre es un alivio
encontrarte con una plaza seria, con rigor, respetuosa con la Fiesta, entendida
y amante del Toro, bien, pues Bayona es así, al menos en esta “otra Fiesta” que
algunos buscamos y defendemos.
Buena entrada en la preciosa y cuidada plaza de Bayona
De la misma manera que el
cristiano peregrina a Santiago, el
aficionado debería peregrinar a Francia, al menos una vez al año, se sale del
país vecino con la sensación de que esa “otra Fiesta” todavía existe y que
además puede hasta gozar de buena salud. Además de las realidades palpables del
país vecino, también se perciben sensaciones diferentes a España. Da la
sensación de que hasta los Toreros llegan más dispuestos a las arenas
francesas, por supuesto que los picadores, ni que decir tiene que allí, por lo
general, intentan hacer las cosas bien, intentan medir el castigo a los Toros y,
a veces, hasta intentan lucirse. También da la sensación que los ganaderos
llegan con corridas serias y muy en tipo; si a todas estas sensaciones les sumamos
las realidades palpables el resultado es altamente atractivo y es lo que puede
llegar a reconfortar al maltratado aficionado en España.
Se lidiaron 6 Toros de Adolfo Martín, magníficamente presentados
y muy en el tipo de la casa, para los diestros, Fernando Robleño, Manuel
Escribano y Alberto Aguilar.
Seria Corrida de Adolfo
Robleño pechó con el Toro más parado y de peor condición de la
tarde, que fue el primero, ante semejante ejemplar poco pudo hacer el
madrileño.
Robleño ante su primero
Su segundo Toro, un Cárdeno asaltillado, fue
un Toro encastado y exigente en la muleta que, si bien no acabó de humillar, si
que mostró su buena condición, sobre todo por el lado izquierdo. A Robleño le
costó enterarse de la condición del astado, cuando lo vio le enjaretó alguna
tanda de naturales buena y de mérito, quizá pecó de no dejar la muleta en la
cara e intentar tirar del Toro y la faena se construyó a base de muletazos de
uno en uno, de cualquier forma, vimos a un Robleño
“a la francesa”, o sea, mucho más dispuesto que en España y de mejor trazo.
El cuarto
El cuarto en el caballo
Robleño al natural
El sevillano Manuel Escribano enlotó dos Toros de diferente condición. Su primer
Toro de nombre “Comadrón” fue a la
postre el mejor de la Corrida, toro encastado de embestida exigente, cumplió
bajo el peto y fue una delicia ver esa encastada embestida, había que hacerle
las cosas bien y llevarle muy tapado, Escribano
lo consiguió por momentos. Es cierto que en un mundo donde el Toro es casi
todos días igual, para el que no existe ni distancias, ni terrenos, ni
colocación, ni mando, para el que todo da igual, porque se selecciona, para que
no pare de seguir la muleta de manera obediente, es complicado estar a la
altura de un animal de tan exigente embestida, pero, ya digo, que por momentos
Escribano fue capaza de darle fiesta al encastado de Adolfo.
Escribano a porta gayola
Escribano al natural
Su segundo Toro se paró demasiado
pronto, quizá el sevillano lo ahogó en exceso, no dándole la distancia que el
Toro pedía a gritos, cuando se le acortan los terrenos a los Toros de casta
suelen protestar y así pasó, con todo el Toro tuvo cuatro tandas para haberlas aprovechado
y Escribano en este no lo vio claro.
El quinto
Cuadrando en la cara
Humillada embestida
A Alberto Aguilar quizá le tocó el Toro más
bonancible de la tarde, de salida intentó saltar al callejón y pudo hacerse
daño en las extremidades anteriores y al final de la lidia lo acusó. Toro de
buena condición y de calidad por ambos pitones. Aguilar se dedicó a torear de
manera despegada, abusando del pico y escupiendo el Toro para afuera, si que es
verdad que en alguna tanda, se fajó con el Toro y se lo trajo a la cadera fueron
los momentos donde la plaza se entregó con el torero.
El tercero
Aguilar al natural
El sexto Toro embistió bien en el
capote aunque con poco celo. Una de las veces en que Aguilar intentaba poner en
suerte al Toro para acudir al caballo fue desarmado y alcanzado por el Toro,
por fortuna sin consecuencias y ahí el Toro, al hacer carne, pudo orientarse y
cambiar su condición, en la muleta resultó orientado y sabiendo lo que dejaba
atrás, Aguilar anduvo por ahí.
El sexto
Aguilar a la verónica
Antes de acabar este pequeño
resumen hay que reseñar el enésimo ataque por parte de los portales oficiales a
las órdenes de los toreros contra esta “otra Fiesta”. No soportan que un Toro
no tenga el comportamiento ovejuno de todas las tardes, cuando un Toro es
exigente lo llaman deslucido y cuando tiene raza dicen todo lo contrario y lo tildan
de descastado. ¿Sabrán ellos qué es la Casta? ¿Acaso la Casta es esa manera de
embestir “domecqsticada” del Toro demandado por las figuras, ese comportamiento
dulce, obediente, donde aunque no mandes el toro te va a obedecer, donde da lo mismo
una distancia y un terreno porque el animal está seleccionado para que acuda
sin maldad y donde y como sea a la
pañosa de su matador?. La Corrida de Bayona la vio mucha gente y aunque se
intente engañar y manipular, afortunadamente, hay gente para contar la verdad y
para decirle a esta gente que, además de manipuladores, son unos antitaurinos
enemigos del Toro a ultranza. Las cónicas publicadas en aplausos.es y en
mundotoro.com dan fé de la manipulación de los voceros a las órdenes del sistema.
Plaza de Toros de Bayona (Francia). Toros de Adolfo Martín, bien presentados, de
buen juego segundo, tercero y cuarto, deslucido el primero, a menos el quinto y
peligroso el sexto. Tres cuartos de entrada en tarde de bochorno. Fernando Robleño silencio y oreja, Manuel Escribano Oreja y algunos pitos,
Alberto Aguilar, palmas y silencio.
Los amigos Felix y Diego del Quite de Logroño también peregrinos en Francia
@kabrasori filmando la corrida para su web www.taurotv.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario