Un auténtico despropósito
venimos padeciendo los aficionados taurinos zaragozanos con la más lamentable e
indigna gestión de La Misericordia en sus casi 250 años de historia. En varias
tertulias de Tauromaquia “Martincho” del Ateneo de Zaragoza hemos desgranado con
todo lujo de detalles las numerosas tropelías que la empresa Serolo ha
consumado en nuestra plaza. Todos los medios han dado cuenta de ello, por lo
que no quiero insistir en los abundantes impagos e incumplimientos
contractuales de dicha empresa.
Escribo estas líneas antes
de comenzar la última
Feria del Pilar bajo el yugo de Serolo en Zaragoza.
Desconozco lo que sucederá durante y después de ella, pero me aventuro a
pronosticar que nada bueno. No sé si seguirán en su chantaje a la propietaria,
medios de comunicación, profesionales y aficionados zaragozanos o habrán
presentado en el juzgado un concurso de acreedores para liquidar la empresa y
salir huyendo, dejando importantes pufos pendientes.
El daño está hecho, y la
cornada es gravísima. Confiemos en que todo pasará y, aunque la recuperación
sea lenta y dura, La Misericordia volverá a ocupar su sitio que por categoría e
historia debe ocupar dentro del orbe taurino.
Incidir en los repetidos
desmanes de la empresa es reiterativo y cansino. Es el momento de reflexionar y no volver nunca a cometer los mismos errores. Un pliego irreal,
incumplible e insensato, un modelo de contrato ridículo, que ha desembocado en
la esperpéntica situación judicial que padecemos, tres empresas suicidas que a
porta gayola estaban dispuestas a inmolarse, una adjudicación a una empresa que
muchos sabíamos y advertimos que venía precedida de escándalos y problemas en
todas sus plazas gestionadas… todo esto en la coctelera nos ha llevado a estas
consecuencias. Alguien debería ser capaz de asumir el mea culpa, de reconocer
sus muchos, evidentes y gravísimos errores, reflexionar y enderezar la
situación para evitar la ruina total de La Misericordia.
Estaba clara la consigna:
había que cambiar a cualquier precio, porque nadie es profeta en su tierra…y
menos en Aragón. Los de casa, con Ignacio Zorita a la cabeza, asumieron vicios
y taras graves en el pliego que debían y podían haber sido subsanadas, para
tratar de remontar la situación en un complejo escenario de grave crisis
económica. Parecíamos los culpables ¿de qué? Pienso que de celos, envidias o
rencores viejos, con el pecado añadido de ser “los de casa”. Pero, ¿quién se
creen ustedes que va a querer más a su plaza que uno de casa? La historia
(Celestino Martín, Baquedano, Ojeda o Zorita) está ahí. Los de casa, con sus
fallos y aciertos, viviendo día a día en su plaza, son los que mejor poso han
dejado. La experiencia reciente con los de fuera es mala: los grandes (Lozanos,
Choperas, Choperitas…) vinieron, se llevaron lo que pudieron y, cuando no lo
vieron claro, tiraron la toalla y pusieron tierra de por medio.
Me siento orgulloso de mi
colaboración en años precedentes en la gestión de la plaza. Le pese a quien
le pese, con Ignacio Zorita se cumplió a rajatabla el pliego y la oferta, en lo
artístico, económico, cultural, publicitario…y se vivieron acontecimientos
importantes: dos corridas de Miura, otras dos de Cuadri, Dolores Aguirre,
Victorino y Adolfo Martín del máximo nivel torista, las mejores de entre las
comerciales, todas las figuras, despedidas mediáticas, encerronas del máximo
nivel como la de Morante
en el día del Pilar, grandes faenas de Manzanares o la última de Talavante al
jabonero de Cuvillo, etc, etc.
¿Zaragoza
se rendirá? La muerte al que esto diga. Zaragoza no se rinde. La reducirán a
polvo: de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus
cien templos; su suelo abriráse vomitando llamas; y lanzados al aire los
cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y
entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se
rinde. (Episodios Nacionales. Benito Pérez Galdós).
Director
de la Tertulia
Taurina “Martincho” del Ateneo de Zaragoza
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