jueves, 27 de julio de 2017

Corrida de Toros, Adolfo Martín, Santander, 26-7-17

Variada y brava resultó la corrida de Adolfo Martín en Santander, con algún ejemplar, como el cuarto enrazado y poderoso. El Cid, Paco Ureña y José Garrido fueron los encargados de darle lidia y muerte y, en general, no estuvieron a la altura de la corrida.


Brava corrida en el caballo


El Cid toreó con gusto y templado al primero de Adolfo, un ejemplar noble y repetidor que permitió momentos lucidos al de Salteras, pinchó en el primer intento y todo q quedó en ovación.


El primero de la tarde



Templado el Cid ante la humillada embestida del Adolfo 


El segundo de su lote de nombre “Horquillero”, fue sin duda en Toro de la Corrida, bravo en el caballo, empujó con raza en el primer encuentro y el matador, una vez más, nos hurtó el tercio de varas no queriendo poner al Toro para un segundo encuentro. En la muleta tuvo una embestida codiciosa, enrazada y poderosa, humillando y de largo recorrido por ambos pitones. Había que estar muy decidido  para estar a la altura de tan encastado animal , si bien El Cid templó la embestida en las primeras series, luego no se confió y escupió las embestidas hacia afuera, faltando mando y acople. Un gran Toro que, sin duda, mereció algo más que la ovación en el arrastre.


"Horquillero", un gran Toro


Falta de acople del Cid


Paco Ureña llegó mermado físicamente hasta Santander, con tres costillas rotas, factor que, sin duda influyó en el comportamiento del torero . No fue la tarde del torero de Lorca .
El primero de su lote fue otro encastado de embestida clara y codiciosa, Ureña equivocó las distancias y se empeñó en el encimismo y el Toro protestaba, pedía a gritos distancia y colocación y Ureña no quiso apostar.


Ureña en su primero


El quinto de la tarde fue un Toro complicado al que Ureña intentó torearle con pureza, aunque le faltó mando, de nuevo demasiado encimista y sin correr la mano. El de Lorca quedó inédito en Santander.


El quinto de la tarde


Faltó mando


Cerraba la terna el torro pacense José Garrido. Pulcra labor le instrumentó a su primer oponente al que toreó templado y con gusto  por el lado izquierdo con naturales de mérito.


El tercero


Garrido con gusto al natural


El segundo de su lote fue un Toro encastado y peligroso que acabó desarrollando sentido por el mal hacer de su matador, faltó decisión y mando y el Toro se adueñó de la situación acabando por desbordar a Garrido.



Desconfiado Garrido



Buena Corrida de Adolfo, brava en los caballos, enrazada en la muleta y con ejemplares que dieron muchas posibilidades a sus lidiadores que en general no supieron aprovechar.

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