Variada y brava resultó la
corrida de Adolfo Martín en Santander,
con algún ejemplar, como el cuarto enrazado y poderoso. El Cid, Paco Ureña y José Garrido fueron los encargados de darle
lidia y muerte y, en general, no estuvieron a la altura de la corrida.
Brava corrida en el caballo
El Cid toreó con gusto y templado al primero de Adolfo, un ejemplar
noble y repetidor que permitió momentos lucidos al de Salteras, pinchó en el
primer intento y todo q quedó en ovación.
El primero de la tarde
Templado el Cid ante la humillada embestida del Adolfo
El segundo de su lote de nombre “Horquillero”, fue sin duda en Toro de
la Corrida, bravo en el caballo, empujó con raza en el primer encuentro y el
matador, una vez más, nos hurtó el tercio de varas no queriendo poner al Toro
para un segundo encuentro. En la muleta tuvo una embestida codiciosa, enrazada
y poderosa, humillando y de largo recorrido por ambos pitones. Había que estar muy
decidido para estar a la altura de tan encastado
animal , si bien El Cid templó la embestida
en las primeras series, luego no se confió y escupió las embestidas hacia
afuera, faltando mando y acople. Un gran Toro que, sin duda, mereció algo más
que la ovación en el arrastre.
"Horquillero", un gran Toro
Falta de acople del Cid
Paco Ureña llegó mermado físicamente hasta Santander, con tres
costillas rotas, factor que, sin duda influyó en el comportamiento del torero .
No fue la tarde del torero de Lorca .
El primero de su lote fue otro
encastado de embestida clara y codiciosa, Ureña
equivocó las distancias y se empeñó en el encimismo y el Toro protestaba, pedía
a gritos distancia y colocación y Ureña no quiso apostar.
Ureña en su primero
El quinto de la tarde fue un Toro
complicado al que Ureña intentó
torearle con pureza, aunque le faltó mando, de nuevo demasiado encimista y sin
correr la mano. El de Lorca quedó inédito en Santander.
El quinto de la tarde
Faltó mando
Cerraba la terna el torro pacense
José Garrido. Pulcra labor le
instrumentó a su primer oponente al que toreó templado y con gusto por el lado izquierdo con naturales de mérito.
El tercero
Garrido con gusto al natural
El segundo de su lote fue un Toro
encastado y peligroso que acabó desarrollando sentido por el mal hacer de su
matador, faltó decisión y mando y el Toro se adueñó de la situación acabando
por desbordar a Garrido.
Desconfiado Garrido
Buena Corrida de Adolfo, brava en
los caballos, enrazada en la muleta y con ejemplares que dieron muchas
posibilidades a sus lidiadores que en general no supieron aprovechar.
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