Toro con buen trapio de la ganadería de Adolfo Martín
Trapío:
El trapío es la buena presencia de un toro, su gallardía y
seriedad, no es cuestión de tamaño, sino del conjunto de rasgos morfológicos
externos, actitudes y reacciones palpables a simple vista.
El trapío debe expresar el prototipo racial del toro de
lidia, a la hora de apreciar el trapío
de un toro hay que conocer las características morfológicas del encaste que
procede y podremos aseverar que un toro tiene trapío cuando sus rasgos
morfológicos externos coincidan fielmente con el fenotipo del encaste al que
pertenezca. Otro factor a tener en cuenta, aunque no determinante es la edad,
la edad da seriedad en la mirada y esa seriedad forma parte del trapío.
Trapío también es armonía, buenas proporciones y nunca
significa amplitud ni basteza. Si bien el trapío, como decimos, lo da la
armonía y las proporciones, los dos rasgos fundamentales y que imprimen más o
menos trapío, a mi juicio, han de ser los cuernos, bien colocados, simétricos y
puntiagudos y la mirada, esa mirada que impone respeto y admiración.
Cuando un Toro salta al albero y
causa admiración por su presencia y miedo por su comportamiento, es el Toro con
el trapío perfecto.
Seriedad, sinónimo de trapio. Toro de la ganadería de Prieto de la Cal
Casta:
La casta a diferencia de la bravura si es condición innata de
algunos bovinos y al contrario de la bravura parece que la selección
últimamente se inclina más por restar casta para añadir nobleza y de alguna
manera esto es adulterar la condición del Toro de lidia.
La casta es el poder de combatividad que debe poseer el toro
de lidia, por lo tanto la casta puede estar presente tanto en la bravura como
en la mansedumbre. Un Toro puede combatir con más o menos codicia, con más o
menos humillación, puede ir a más en mayor o menor medida, incluso puede
rajarse en un momento determinado, pero no por ser más bravo puede tener más
poder, el poder en lo que haga un Toro, para bien o para mal, es el indicador
de la casta.
Un toro de casta hace cosas que gustan. Se admira su nervio,
como embiste en determinado momento, pero de pronto se raja, su embestida se
vuelve incierta, se aquerencia. Al principio va como un tren a cualquier parte
y, sin saber el porqué, se va a tablas cuando menos se espera, éste sería el
ejemplo de un Toro manso pero con casta. Si a la casta, al poder de
combatividad, a esa sensación de no ser
un animal creado para embestir, le sumamos los conceptos que engloba la bravura estaríamos hablando de
un Toro excepcional. La casta por lo tanto es el concepto base del Toro de
lidia. Si a ese Toro bravo no le añadimos buenas dosis de casta estamos a un
paso de que la bravura como tal degenere en excesiva nobleza y eso acarrea
inmovilidad, falta de combatividad y, lo más importante falta de emoción y,
recordemos que, sin emoción se acaba la Fiesta.
Casta, voluntad de combatir. Toro de la ganadería de Juan José Laparte, (Casta Navarra)
Bravura:
La Bravura es magia, magia, sin duda, creada por el hombre. A
diferencia de la casta, la bravura no fue condición innata de los Toros de
lidia, la bravura la creó el hombre tras muchos años de selección.
Cuando un becerro manso está recién nacido en el campo,
alejado de su madre y es atacado por las alimañas, su instinto animal le hace
huir, sabe que enfrentándose a su enemigo tiene la batalla perdida y su única
defensa es la huida, sin embargo el becerro bravo le plantará cara y será capaz
de morir atacando, está “mutación”, en el comportamiento de los bovinos, ha
sido creada por el hombre tras dura selección y esto es, ni más ni menos, la
bravura.
La bravura innata era defensiva, la seleccionada es de
ataque. La bravura es defender la vida atacando y yendo a más cuanto más dura
sea la pelea y el castigo. ¿Qué especie de todo el reino animal sería capaz de
ir a más después de recibir tres puyazos?, esa es la magia de la bravura.
La bravura es codicia, prontitud, venirse de largo, fijeza,
temple, galope, humillación, no dolerse y se venirse arriba en el castigo y
esto es sinónimo de nobleza, por tanto siempre ira ligada la bravura a la
nobleza.
Bravura en el peto. Toro de la ganadería de Adolfo Martín
Nobleza:
La nobleza en un Toro no cabe duda que la ha aportado la mano
del hombre. La nobleza ha sido el ingrediente fundamental que el hombre aportó
a la bravura del Toro para que éste se convirtiera en toreable. Este
ingrediente se ha ido añadiendo conforme a la evolución de la tauromaquia y las
exigencias de cada momento que ha atravesado la Fiesta. Nobleza es sinónimo de
obediencia, los nobles eran los que juraban obediencia a sus Reyes, nobleza es
sinónimo de acatamiento de órdenes.
La nobleza en un toro significa que el animal ha de ir y
hacer lo que el torero le ordene y cuando él se lo ordene y que no tenga
reacciones imprevistas porque entonces, si se reacciona de manera instintiva se
están cumpliendo las órdenes del lidiador y, recordemos, los nobles juraban
obediencia, para opinar y maniobrar necesitaban la aprobación del Rey.
Por lo tanto la nobleza en exceso es dañina para la fiesta porque,
de alguna manera, estamos restando peligro al matador y esto conlleva la falta
de emoción.
Nobleza en la embestida de un utrero de Prieto de la Cal en la muleta de Varea
Fiereza:
Fiereza como tal no es aplicable al Toro de lidia, fieros son
algunos depredadores salvajes que jamás fueron sometidos en su comportamiento
por ningún otro animal.
La Fiereza en un Toro es la dureza, la dureza en todo lo que
realiza, la dureza a la hora de embestir, quizá haciéndolo con brutalidad, la
dureza a la hora de ser sometido, la dureza debajo del peto, atacando al
caballo de manera más o menos brava, con mayor o menor codicia, pero siempre
con poder, la dureza para morir, vendiendo cara su muerte. La fiereza es la
virtud de un toro por la cual le cuesta mucho someterse a su lidiador y cuando
lo hace, se somete de manera agresiva y enconada. Es verdad que el Toro fiero
puede ser también a su vez noble y bravo esta conjunción en definitiva es la
casta y es lo que verdaderamente ha de tener el Toro bravo para que esta Fiesta
jamás decaiga.
El Poder. Toro de Adolfo Martín en Albacete
Genio:
El genio es definido por muchos como casta mala, o sea la
degeneración de la bravura en reservas a la hora de embestir y reacciones
imprevistas y molestas para el torero.
El genio es la casta no depurada, es la movilidad incomoda,
es, en ocasiones defenderse con ventajas, esperando reacciones del matador para
luego reaccionar de manera inesperada. El genio es difícil de domeñar y hace
pasar malos ratos a los toreros, de alguna manera el genio sería el antónimo de
la nobleza. Si la casta es necesaria, el genio es necesario porque, no cabe
duda que el genio deriva de la casta. La casta puede derivar en buena o mala,
si es buena será bravura y si es mala será genio.
Este artículo sirve de anexo a uno publicado anteriormente en este blog, donde se intentaba diferenciar dos conceptos taurinos que a menudo pueden llevar a confusión, artículo titulado "Casta y Bravura"
buenisimo manifiesto !!ole !! los toros
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